DIAS DE TRANSMICION

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Chiste Cristiano

Chiste por Rocio Gomez

RIETE, RIETE Y RIETE QUE ES UNA TERAPIA PARA NO ENVEJESER





 
Un pastor americano miró a los hermanos parados en la iglesia. Como no hablaba muy bien el español, en vez de decir, “Vénganse todos, que aquí hay bancas,” él lo dijo así: “¡Vénganse toros, que aquí hay vacas!
 
El nuevo pastor comenzó su sermón. La iglesia estaba llena, y el calor de verano casi no se aguantaba. A la media hora el pastor decía, “Por eso nosotros DEBEMOS bla, bla, bla.” A la hora: “Y NO PODEMOS bla, bla.” A la hora y media los hermanos estaban super cansados. Cuando iban a ser ya dos horas que duraba el mensaje, entró una rana por la puerta, que estaba abierta por el calor. La rana saltó por el pasillo y se paró frente al púlpito. El pastor exclamó, “¿Qué significa esta rana?” De la última banca se escuchó un grito, “¡¡Que deeejes ir a tu pueeblooo!!”
 
Después de un largo día de predicación, el pastor iba manejando a su casa con su esposa. Volviéndola a ver, le dijo: “Mi amor, que cansado estoy.” La esposa respondió, “Yo estoy más cansada que tú.” “Pero, ¿cómo?” dijo el pastor. “¡Yo tuve que predicar cuatro sermones!” “Sí, y yo tuve que escucharlos todos,”
 
“¿Dónde podemos encontrar LA PAZ?” vociferaba un evangelista en una asamblea donde había sólo inconversos. Y así repitió su pregunta durante varias veces, hasta que se levantó un borracho y le dijo: “Pastor, ¡yo sé donde podemos encontrar LA PAZ!” El evangelista rápidamente pensó que este iba a decir que “en Cristo.” “LA PAZ, pastor, se halla en BOLIVIA,” respondió el borracho.

Un diácono anciano, que acostumbraba orar cada miércoles en el culto de oración de la noche, terminaba siempre su oración del mismo modo: “Y Señor, quita todas las telarañas de mi vida.” Las telarañas eran todas aquellas cosas que no debían existir, pero que se habían acumulado durante la semana. Esto era ya demasiado para una persona que participaba en las reuniones y que había oído al diácono demasiadas veces. Así que cuando el diácono hizo esta oración, aquel hombre se puso de pie y dijo en voz alta: "¡Señor, Señor no lo hagas! ¡Mata mejor la ARAÑA!"

Comenzó a predicar un pastor y decidió hacer una encuesta en esa noche para ver cuantos hermanos miraban la televisión. Preguntó el pastor: “¿Cuántos hermanos de aquí ven al Chapulín Colorado? Por favor levanten sus manos.” Nadie levantó su mano. Entonces dijo el astuto pastor; “Está bien, yo me daré vuelta y no miraré quienes son los que levantan sus manos.” Y volvió hacer la pregunta, “¿Cuántos miran el programa del Chapulín Colorado?" Y como el pastor no estaba mirando, pues tenía su espalda hacia la congregación, casi todos levantaron sus manos. Entonces el pastor, se volteó a tiempo para ver todas las manos levantadas, y dijo: “¡No contaban con mi astucia!”

[Este es un chiste verídico.] En una región llanera de Venezuela, donde existen iglesias que son pastoreadas por analfabetos, llegó un evangelista extranjero a predicar. Al llegar a aquel lugar, el evangelista habló largamente con el pastor, un anciano pequeño de aspecto campesino. Le habló acerca de todos los estudios teológicos que tenía y los credenciales que le habían dado. En el camino a la iglesia, le recriminaba al anciano el hecho de que éste fuera pastor sin nunca haber estudiado. Pero mientras hablaba, un toro los embistió a los dos y comenzaron a correr. El campesino inmediatamente escaló un árbol, mientras le gritaba al extranjero: "Muéstrele sus credenciales, hermano, muéstrele sus credenciales."

En la República Dominicana un hermano se quedó dormido en un culto por la noche. En ese momento se fue la luz eléctrica, y el hermano despertó asustado, diciendo, “Hermanos, por favor oren por mi, que me quedé ciego.”

Un pastor se dio cuenta que una hermana estaba hablando mal de otro hermano. El pastor dijo a la hermana: “Hermana Juana, ¿por qué está hablando mal del hermano José?” La hermana Juana le respondió: “No, lo que pasa es que yo los comente, para que los hermanos oraran.” El pastor le respondió: “¿Cuántos están orando?” La hermana dijo, “Bueno, pastor, con la hermana Petra, que le acabo de contar, son 150.”

Una maestra de escuela dominical les explicaba a sus alumnos lo que tenían que hacer para ir al cielo, y les preguntaba: “¿Si hago muy buenas obras, me iré al cielo?” “¡NO!” le contestaban sus alumnos. Después, le preguntó a uno de ellos, “¿Qué tengo que hacer primero para ir al cielo?” Este le respondió, “Primero, se tiene que morir.”

Un grupo llegó a una iglesia, el grupo cantó y tocó hasta la medianoche. Toda la iglesia se fue, porque el grupo tocó demasiado. Sólo un hermano se quedó, esperando hasta que el grupo se terminara. Entonces, el grupo le dijo al hermano: “Gracias hermano, porque usted sí alaba a Dios.” El hermano respondió: “No hermanos, es que a mí me toca cerrar la iglesia, y por eso me quedé.”


Un pastor visitó a uno de sus miembros. Después de tocar la puerta un buen rato, nadie salió. El pastor se fue, dejando su tarjeta con la cita bíblica de Apocalipsis 3:20: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, cenaré con él, y él conmigo.” De rato, salió el hermano y vio la tarjeta. Se fue a buscar al pastor, pero tampoco lo encontró, a lo que también dejó su tarjeta con la cita de Génesis 3:10: “Escuché tu voz en el jardín, pero me escondí, porque estaba desnudo.”
 
[Este es un chiste verídico.] En una cierta congregación, el pastor, con sus discípulos, ministraba a un inconverso llamado Jaime. Luego, empezaron a reprender espíritus y preguntaban: “¿Cuál es tu nombre? Espíritu inmundo, animal feo, cochino, hediondo,” etc. Y el inconverso le respondió: “¡Jaime!”
 
Un maestro de escuela dominical preguntó a sus alumnos: "Niños, ¿Por qué hoy en día las personas no traen ofrenda de animales al templo, como se hacía en los tiempos bíblicos?" A lo que Jaime respondió muy seguro y con voz fuerte: "Eso es muy fácil, maestro, no traen ofrenda de animales al templo porque estos no caben en los ofrenderos...."
 
En una iglesia cristiana se congregaban unos jóvenes que eran bien carnales, y también ahí mismo se congregaba una mujer muy hermosa que se vestía un poco extravagante.  Su nombre era "Victoria".  El pastor al terminar el sermón preguntó: ¿Cuántos quieren la victoria? los jóvenes al escuchar tal pregunta saltaron de sus sillas gritando:  ¡Yo!, ¡Yo!, ¡Yo! 
 
Una mujer busca consejería de su pastor, pues tiene mucho coraje con su esposo. El pastor le dice que sería buena idea que hablara con su esposo y tratara de que oraran juntos. Al otro día la mujer regresa donde el pastor, todavía enojada con su esposo y le dice: "mire pastor, yo quise orar con él pero me puse a leer la Biblia y encontré que la Biblia me prohíbe orar con mi esposo". A esto el pastor asombrado le dice: ¿Cómo que la Biblia le dice que no ore con su esposo? ¡Eso es absurdo!, y ella le contesta: "la Biblia dice: "Orar sin cesar".". (era que el esposo se llamaba "Cesar")
 
Una vez una pareja invitaró a un evangelista a quedarse en su casa mientras duraba la campaña en su iglesia.  Una noche, mientras la mamá preparaba pollo para la cena el niño menor empezó a pedir pollo, diciendo "Yo quiero mi pollo."  "Todavía no está," le respondían, pero el niño seguía insistiendo cada cinco minutos.  El papá, cansado de la actitud del niño, se quitó el cinturón y mientras lo castigaba le decía, "¡TENGA SU POLLO!  ¡TENGA SU POLLO!"  El evangelista se levantó para irse a dormir, pero los hermanos le dijeron, "Hermano, no se acueste todavía, ya le vamos a dar su pollo."  Pensando que le iban a dar del mismo pollo que le dieron al niño, el evangelista respondió, "No gracias, no tengo hambre."   
 
 



-Un señor va a la iglesia y le pide a San Pedro:


Por favor, haz que mañana llueva o te rompo con un martillo.

El párroco escuchó esto y cambió de lugar la estatua de San Pedro, puso una igual pero más chiquita para que el individuo no rompiera la más grande. Al día siguiente, va el señor a la iglesia y le dice:

¿Pedrito está tu papá?
-El pastor, en el culto del domingo:

Hermanos, hoy vamos a hablar de la mentira y de los mentirosos.

¿Cuántos de ustedes recuerdan qué dice el capítulo 32 de San Lucas?

Todo el mundo levanta la mano.

Precisamente, a eso me refiero. El evangelio de San Lucas sólo tiene 24 capítulos.



-Un amigo estaba delante de mí saliendo de la iglesia un día, y el pastor estaba de pie en la puerta saludando a los hermanos como lo hacía siempre. El agarró a mi amigo de la mano lo tiro hacia un lado.

El pastor le dijo: Tú necesitas unirte al Ejército de Dios

Mi amigo respondió: Yo ya estoy en el ejército de Dios.

El pastor preguntó: ¿Por qué entonces no te veo en misa a excepción de la Navidad y la Pascua de Resurrección?

Él le susurro de vuelta: Es que estoy en el servicio secreto.


-Había una vez un hombre tan bueno y millonario que le regalaba dinero a los pobres. El hombre teniendo dinero no se arreglaba bien. Un día el hombre dijo:

Caramba yo siendo millonario no me visto bien, de ahora en adelante tendré un nuevo look. El hombre se cortó el cabello, se afeitó y compró ropa nueva. Un día caminando bajo la lluvia le cae un rayo y se muere. Cuando llega al cielo se encuentra a Dios y le dice:

¿Dios, por qué yo siendo tan bueno me tuve que morir?

A lo que le contesta Dios:

Perdóname hijo, pero como te cortaste el cabello y te afeitaste no te reconocí.

-Este es un tipo rico que muere y se va al cielo. Ahí lo recibe San Pedro y le encomienda a un ángel que le enseñe su nuevo hogar, el tipo emocionado se pregunta cómo será, será una mansión de lujo o un palacio ya que, en el cielo no podría haber pobreza. Pasaron por un palacio bellísimo, con columnas de oro, adornado con diamantes, digno de un rey. El hombre emocionado le pregunta al ángel:

¿Aquí voy a vivir?

Y el ángel contesta:

No, más adelante está, sigamos.

Luego vio otra mansión hermosa con jardín, piscina, digna de un príncipe y emocionado pregunta:

Ángel, ¿Aquí sí voy a vivir?

Y el ángel contesta:

No, más adelante.

El tipo ya extrañado siguió el camino y vio una casa mediana con jardín y bastante bonita y pensó, bueno al menos es cómoda y dijo:

¿Ángel, viviré aquí?

El ángel le dijo:

No, más adelante.

Y el tipo ya decepcionado siguió y más adelante vio una casita pequeña, dos habitaciones sin jardín pero habitable y le preguntó:

¿Ángel, es aquí?

Y el ángel responde:

No, más adelante.

Siguieron su camino y luego vieron una casita de lodo y varas, un solo cuarto, cocina con leña, pequeñita casi inhabitable y asustado pregunta:

¿Ángel, aquí?

El ángel contesta:

No, ya casi llegamos.

El hombre muy asustado lo siguió y al final de la calle ven un pequeño espacio con cuatro palos y un techo de ramas, sin paredes y el piso era el suelo simplemente y el hombre preguntó:

Ángel, ¿No me digas que aquí voy a vivir?

Y el ángel contestó:

Pues sí hermano, es que con lo que tú nos mandaste de allá abajo apenas alcanzó para esto.




Sucedió en Guatemala que un pastor estaba en la predicación, y estaba hablando de la perfección. Él preguntó a la congregación, “¿Quién es PERFECTO?” Al instante se puso de pie un hermanito y le dijo, “YO SOY PERFECTO, porque así me pusieron mis padres.”
Cierto día un pastor predicando dijo, “Que se pongan en pie los hermanos que se van para el cielo.” Toda la congregación se levantó y gritaba con júbilo, pero un hermanito se quedó sentado. El pastor le dijo, “Hermano, ¿usted no quiere ir al cielo?” El hermanito contestó, “Pastor, es que va mucha gente. Yo mejor me espero el segundo viaje.”

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